Realizar diseños decorativos, con fines estéticos o simbólicos, sobre la piel de nuestro cuerpo, es una costumbre que se pierde en el tiempo. Se han encontrado cuerpos momificados con tatuajes de hace más de 5.000 años.
Es una costumbre milenaria en varias culturas, desde el Neolítico, pasando por las antiguas culturas americanas, el antiguo Egipto, China, Japón, la Polinesia, Grecia, Roma, hasta la actualidad.
En nuestros días hay un boom del tatuaje. Cada vez más personas deciden usar su cuerpo como un lienzo para manifestar sus gustos, deseos y pasiones.
Afortunadamente, las técnicas para llevarlo a cabo han evolucionado mucho desde la antigüedad, donde se empleaban agujas de hueso o espinas de pescado, golpeadas por piedras o palos. Con tintas hechas, incluso con hollín de hojas y saliva.
Para nuestra tranquilidad, hoy se emplean máquinas eléctricas especializadas y tintas industriales estériles, cuidando las condiciones de higiene y salubridad requeridas.
Por otra parte, el fundamento del tatuaje ha servido para desarrollar otras técnicas aplicadas a la estética, como la micropigmentación.
En este caso, aplicada a la corrección o mejora de rasgos anatómicos, tales como cuero cabelludo, cejas, ojos, labios o las aréolas mamarias. Así como para disimular cicatrices o áreas de piel con problemas de pigmentación.
A simple vista pudieses pensar que se trata de la misma técnica, sin embargo, aunque comparten cosas comunes, realmente, son técnicas diferentes. Profundicemos en el tema, para comprender en qué se diferencian los tatuajes y la micropigmentación.
¿Qué es el tatuaje?
Tal como ya señalamos, el tatuaje, también llamado tattoo o tatu, es una técnica destinada a realizar diseños pigmentados sobre la piel viva. Consistiendo en llevar a cabo pequeñas perforaciones en serie, mediante agujas finas que inyectan tinta.
Los diseños realizados incluyen desde patrones geométricos hasta figuras muy complejas, incluso realistas, así como textos.
En estricto sentido, en el tatuaje tradicional, el soporte para depositar la tinta y trazar el diseño es la dermis. Es decir, la capa de la piel ubicada debajo de la epidermis y por encima de la hipodermis.
Así que estamos hablando de una impresión profunda en la capa media de la piel. Tomando en cuenta que, a diferencia de la epidermis, la dermis no se renueva, el tatuaje es permanente.
La única forma de eliminarlo es mediante láser, siendo una operación tan o más dolorosa que el tatuaje mismo y sin garantía de eliminación total.
Aunque, hay que dejar claro, que el término tatuaje también se usa para otras técnicas dirigidas a plasmar diseños en la piel de forma temporal.
Sin embargo, en estos casos se señalan como tatuajes temporales, en el caso de las calcomanías, o tatuajes de henna, en el caso de esta técnica particular donde la impresión desaparece al poco tiempo.
¿En qué consiste la micropigmentación?
Por su parte, la micropigmentación es una técnica de pigmentación de la piel que está dirigida, específicamente, a la modificación de rasgos corporales. Es considerada un maquillaje permanente.
Consiste en trazar el diseño requerido inyectando pigmentos colorantes en la epidermis del paciente, empleando máquinas especiales para micropigmentación.
Aspectos en común
Obviamente, ambas técnicas son formas de pigmentación de la piel mediante el uso de agujas acopladas a máquinas que realizan movimientos de vaivén regulares. Realizando microperforaciones e inyectando la sustancia colorante.
En ambos casos se realiza un prediseño que debe ser aprobado por la persona receptora del servicio. Igualmente, en ambas técnicas domina un sentido estético del diseño realizado.
Los cuidados requeridos
Este es otro aspecto que tienen en común el tatuaje y la micropigmentación. Ya que, en ambos casos, se invade la piel causando heridas que pueden ser puerta de entrada para patógenos causantes de infecciones.
En este sentido, es vital seguir los cuidados necesarios para garantizar la higiene del instrumental y del procedimiento en general. De hecho, lo ideal es realizarse cualquiera de estos procedimientos, únicamente, en establecimientos autorizados para cada fin, que cuenten con los permisos sanitarios requeridos.
Cualquiera de estos procedimientos invasivos, puede causar desde pequeñas infecciones cutáneas, hasta graves contagios de enfermedades como la Hepatitis y el VIH.
Además, es conveniente hacerse pruebas de alergia, para evitar reacciones adversas a la tinta utilizada en cualquiera de los procedimientos.
De igual forma, tal como señala el informativo harodigital.com, otro elemento clave a tener en cuenta es la protección contra la radiación solar, en el período de curación del procedimiento. La exposición al sol puede causar inflamación, infección e, incluso, pérdida de definición del diseño.
Diferencias fundamentales
Pese a que son técnicas muy semejantes, tanto que la Sociedad de Profesionales en Delineado Permanente de los Estados Unidos define a la micropigmentación como un tipo de tatuaje, realmente, tienen diferencias importantes. Veamos cuáles.
Tejido soporte y duración
La principal y más importante diferencia es la profundidad a la que se inyecta la tinta en una u otra técnica. Como vimos, en el tatuaje propiamente dicho, la tinta llega a la dermis, mientras que en la micropigmentación, únicamente, alcanza la epidermis.
Esto incide en la duración del diseño generado en cada caso, ya que, la capa superior de nuestra piel, la epidermis, se renueva regularmente. Es decir, sus células van muriendo y siendo sustituidas por otras, por tanto, a la larga, se pierde el pigmento. Cosa que no ocurre con la dermis.
Una micropigmentación tiene una duración promedio de 3 años, variando según el tipo de piel, sistema inmunológico del portador y otros factores.
Tipo de pigmentos utilizados
En la mayoría de los casos, tanto en el tatuaje, como en la micropigmentación, se emplean pigmentos a base de óxidos metálicos.
Sin embargo, hay diferencias en el tamaño de las moléculas en uno u otro caso, siendo, generalmente, moléculas más grandes las empleadas en el tatuaje, respecto a la micropigmentación.
Por otro lado, la variedad de colores y tonos es mucho mayor en el tatuaje que en la micropigmentación. Toma en cuenta que en esta última el objetivo es imitar los rasgos de la persona a quien se aplica. Por ejemplo, tono de piel y color de pelo.
En tanto que el tatuaje tiene una mayor libertad artística y la paleta de colores termina siendo cuestión de gustos.
Equipos empleados
Aunque los equipos y la técnica de aplicación son muy similares, lo cierto es que hay diferencias en las máquinas utilizadas.
En el caso de tatuaje, las máquinas trabajan a mayor velocidad y con mayor fuerza, que en el caso de la micropigmentación. Ten en cuenta que en esta última técnica las agujas únicamente deben penetrar la capa superficial, la epidermis. Mientras que en el tatuaje deben llegar hasta la capa media, la dermis.