Marc Vidal, uno de los analistas más reconocidos en transformación digital y economía digital en Europa, lleva años advirtiendo sobre el impacto que las nuevas tecnologías están generando en el mercado laboral. Sus análisis, siempre conectados con los cambios estructurales del mundo empresarial, coinciden con una visión optimista pero desafiante del futuro del empleo. En un entorno donde la automatización, la inteligencia artificial y la globalización modifican el panorama de forma constante, Vidal insiste en que no estamos ante una crisis laboral, sino ante una revolución.
Vidal sostiene que el empleo no desaparecerá, pero sí se transformará de forma radical. Los trabajos repetitivos, mecánicos o predecibles serán progresivamente sustituidos por sistemas automatizados. Sin embargo, esta sustitución dará paso a nuevas oportunidades que requieren habilidades humanas específicas como la creatividad, el pensamiento crítico o la capacidad de aprendizaje continuo. El problema, según Vidal, no es que falten empleos en el futuro, sino que la fuerza laboral actual no está preparada para los que vendrán.
Una reconversión imparable y una educación estancada
Una de las principales preocupaciones de Marc Vidal se centra en la velocidad con la que se producen los cambios tecnológicos frente a la lentitud de los sistemas educativos. Para el experto, muchas escuelas y universidades siguen formando a jóvenes para un modelo económico que ya no existe. La educación, anclada en fórmulas del siglo XX, no responde a las demandas de un mercado laboral donde la adaptabilidad, la tecnología y la colaboración son claves.
Este desajuste, advierte Vidal, provocará una fractura entre quienes sean capaces de reinventarse y aquellos que queden al margen del nuevo modelo productivo. En este contexto, la reconversión profesional se convierte en una herramienta esencial para sobrevivir laboralmente. Formarse a lo largo de toda la vida, abandonar la idea del empleo para toda la vida y entender la tecnología como aliada y no como amenaza son pilares fundamentales en su discurso.
El entorno laboral también cambia en cuanto a la relación entre empresa y trabajador. Las estructuras rígidas están siendo reemplazadas por modelos más flexibles, donde el teletrabajo, los contratos por proyecto y la economía de plataformas cobran protagonismo. Marc Vidal no ve esto como una precarización inevitable, sino como una oportunidad para que las personas tomen mayor control de sus carreras, siempre que exista un marco regulatorio que garantice derechos y condiciones laborales justas.
Una visión que obliga a reaccionar
Los expertos de Entomelloso nos muestran la visión de Marc Vidal sobre el futuro como una llamada a la acción. No se trata de una advertencia catastrofista, sino de una propuesta de adaptación. Vidal enfatiza que el empleo no se extinguirá, pero sí mutará hacia formas más flexibles, especializadas y tecnológicas. Las profesiones del mañana no solo estarán relacionadas con la informática o la robótica. También habrá una alta demanda en sectores que, pese a la digitalización, seguirán necesitando intervención humana como la salud, la educación o el cuidado de personas.
Para afrontar ese nuevo escenario, es imprescindible comprender qué competencias serán más valiosas en los próximos años. Vidal destaca el pensamiento analítico, la inteligencia emocional, la comunicación efectiva y la capacidad para gestionar la incertidumbre. No se trata solo de saber programar, sino de integrar la tecnología como herramienta para mejorar procesos y tomar decisiones.
En sus conferencias, Marc Vidal también pone énfasis en la necesidad de una mayor implicación por parte de las empresas. No basta con demandar perfiles digitales; hay que invertir en la formación de los empleados, facilitar procesos de reciclaje profesional y crear entornos de trabajo donde se estimule la innovación. Para él, la empresa que no entienda que su principal activo es el talento, corre el riesgo de quedarse obsoleta.
Los cambios en el empleo también están afectando al concepto de éxito profesional. Cada vez más personas valoran aspectos como la conciliación, la realización personal o el propósito del trabajo que realizan. En este sentido, Vidal cree que las organizaciones deberán adaptarse a un nuevo tipo de trabajador, más exigente con su tiempo y con los valores de la empresa para la que trabaja.
Tecnología y humanismo como alianza necesaria
Lejos de temer la automatización, Marc Vidal propone abrazarla con mentalidad crítica. En su opinión, la tecnología es una aliada si se utiliza para liberar a las personas de tareas rutinarias y permitir que se centren en lo que verdaderamente aporta valor. Esto implica un cambio cultural en el que se dejen de medir los resultados por horas trabajadas y se pase a valorar el impacto, la creatividad o la capacidad de resolución de problemas.
Vidal también habla de la urgencia de un nuevo contrato social. Frente al riesgo de que grandes capas de la población queden fuera del sistema, propone políticas activas de empleo, alianzas entre empresas e instituciones educativas, e incentivos para que las personas se formen de manera continua. La automatización no debe ser sinónimo de exclusión, sino de oportunidad, siempre que exista voluntad política y empresarial para acompañar este proceso.